Noticias: ¿Síntoma de un malestar más profundo? El asesinato de un joven batwa por parte de un guardia ecológico en la República Democrática del Congo

El asesinato el 26 de agosto de un joven batwa por un guarda ecológico fue trágico por sí mismo, pero también representa una tragedia mucho más generalizada relacionada con la conservación. Su padre cuenta cómo su hijo fue asesinado mientras recolectaban plantas medicinales en sus tierras ancestrales. Tierras de las cuales los batwa fueron excluidos forzosamente desde la década de los años 70 debido a la creación del Parque Nacional Kahuzi-Biega (PNKB), un parque que impone la exclusión total de las personas cuyos derechos de tenencia colectiva deberían ser la base de la conservación, en lugar de ser negados a la fuerza por esta misma.

Este enfoque de conservación prevalece en África, incluso en la frontera con Uganda donde los batwa fueron forzosamente desalojados de su tierras ancestrales, y en donde finalmente se les negaron sus derechos de acceso luego de la creación de los Parques Nacionales de Bwindi y Mgahinga en 1991. Aquí, los batwa han sido dispersados, la mayoría vive en una pobreza extrema en otras tierras, y hasta su lengua está desapareciendo ya que aquellos que poseen las habilidades o el conocimiento más profundo sobre el bosque siguen siendo ignorados y se les niegan sus derechos a sus tierras ancestrales.

Más hacia el este, el pueblo Ogiek de Chepkitale, Monte Elgon en Kenia, utilizó el proceso de diálogo del Mecanismo de Whakatane de la UICN para facilitar el diálogo entre todas las partes, con miras a recuperar sus derechos colectivos sobre las tierras que fueron oficialmente declaradas como áreas protegidas excluyentes sin su consentimiento. Estas tierras ancestrales han sido el sustento de los ogiek que a su vez las han sido mantenido.

En 2014 el FPP y el pueblo Ogiek llevaron este proceso de Whakatane a los batwa de Kahuzi-Biega, creando un diálogo entre ellos, el CAMV (Centro de asistencia para los pueblos indígenas pigmeos y las minorías vulnerables), el gobierno provincial de Kivu del Sur, el Instituto Congoleño para la Conservación de la Naturaleza (ICCN), la UICN y el Parque Nacional de Kahuzi-Biega (PNKB).

En primer lugar, dada su necesidad de no esperar a que se produzca un progreso en Kinshasa para permitir que la ley y la política adopten un enfoque moderno basado en los derechos, los batwa buscaron un alivio inmediato de la pobreza en la forma de tierras adyacentes al parque, y de derechos de acceso y uso de sus tierras en el Parque Nacional de Kahuzi-Biega, con el fin de mantenerse y proteger su cultura. En segundo lugar, y a pesar del problema de que los derechos deben ser reconocidos como inherentes en lugar de ser herramientas para otros, solicitaron tres áreas piloto dentro del parque donde pudieran demostrar que su presencia no pondría en peligro el ecosistema ni especies particulares. Ninguna de estas solicitudes ha avanzado más allá de un diálogo, y el asesinato del joven batwa en sus tierras ancestrales, en el Parque Nacional de Kahuzi-Biega, demuestra las terribles consecuencias de estas políticas de conservación excluyentes.

En su versión del asesinato en el Parque Nacional de Kahuzi-Biega, der Spiegal hace énfasis en la importancia de la Corporación Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) y de la financiación del Instituto de Crédito para la Reconstrucción (KfW) de Alemania para el Parque Nacional de Kahuzi-Biega, y declara que “cerca de $2 millones vinieron solamente del KfW en 2016, lo que representa alrededor del 60 por ciento del presupuesto de [PNKB] ".

Luego de que el FPP se basara en el relato de los hechos presentado por nuestros socios de las organizaciones de la sociedad civil para publicar un artículo acerca de lo sucedido, el Parque Nacional de Kahuzi-Biega nos pidió que publicáramos su versión de los hechos. Es así como publicamos ambas versiones. No obstante anotamos que no estábamos respaldando su posición, sino ofreciéndole a los lectores la oportunidad de leer ambas versiones y tomar su propia decisión.

Ha habido un fuerte apoyo (informal) por parte de otras organizaciones de conservación y de donantes acerca de la necesidad urgente del Parque Nacional de abordar estas cuestiones, y el FPP invitó un representante del PNKB a venir a Kenia para discutir la situación con representantes del pueblo Batwa y las organizaciones de la sociedad civil en el contexto de una Diálogo Global involucrando a expertos en Conservación y Derechos Humanos. El representante del Parque Nacional de Kahuzi-Biega no aceptó la invitación, insistiendo en que la reputación de PNKB había sido dañada por la forma en que se dio a conocer el asesinato.

¿Cómo puede ayudarse al Parque Nacional de Kahuzi-Biega para que reconozca que el asesinato y las condiciones que lo originaron son la fuente del daño de su reputación y del daño social y cultural batwa? Para abordar ese daño es necesario tratar no solo este asesinato en particular, sino también la injusticia subyacente que lo originó.

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Lun, 04/08/2024 - 16:06